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La crisis también golpea en colegios y jardines privados: por qué cierran en la Ciudad y el GBA


Son instituciones que, en la mayoría de los casos, no tienen subvención estatal.
Muchas atraviesan su último mes de actividades.

Diciembre será el último mes de vida de muchos colegios de gestión privada con y sin subvención que decidieron cerrar sus puertas en medio de un contexto económico difícil. Y aún no se sabe qué impacto pueden tener las medidas anunciadas el martes. Varios empezaron con cierres parciales de aulas, mientras que otros intentaron trasladar el aumento de cuotas a las familias y fueron perdiendo matrículas. La respuesta de padres y empleados fue organizar abrazos simbólicos frente a esas instituciones, pero los reclamos no alcanzaron.


Los primeros en exigir una respuesta ante el cierre fueron los padres y el personal del Centro Educativo Nuevo Horizonte, en San Cristóbal, en febrero.

Si bien desde explicaron en su momento que detrás de esta decisión no había motivos económicos, las familias y el equipo docente y no docente deslizaron la posibilidad de que en ese espacio que recibía un 60% de subvención estatal se iba a construir otro proyecto inmobiliario.


Ese colegio era inclusivo, y los padres pedían que sus hijos -muchos con discapacidad- no fueran separados, ni quedaran a la deriva sin vacantes, ni fueran forzados a adaptarse a otros colegios del barrio e invertir en nuevos uniformes.


El ciclo lectivo 2023 avanzó y, a medida que pasaron los meses, los valores arancelarios de las cuotas de colegios privados con y sin subvención fueron escalando, tanto en la Ciudad como en el Gran Buenos Aires. El problema era que empezaba a ser inviable el intento de equipararse a la inflación.



Tanto fue así, que en agosto la Asociación de Instituciones Educativas de Buenos Aires (AIEPBA) advirtió que al menos 30 colegios de gestión privada del conurbano bonaerense podrían empezar a cerrar por problemas económicos: por inconsistencias financieras, morosidad con organismos estatales, o morosidad en el cobro de las matrículas.

Los incrementos de cuotas se comenzaron a informar mes a mes vía correo electrónico. Los costos de la matrícula para marzo de 2024 impactaron fuerte en la zona del corredor norte de Buenos Aires: Belgrano, Núñez, Olivos, Pilar, San Fernando y Tigre. Aunque también alarmaron a otros barrios del GBA y de la Ciudad.

En octubre, Clarín publicó valores arancelarios de matrículas 2024 en colegios privados por $ 400.000. Y padres que denunciaban que de 2022 a 2023 les habían aumentado un 180% los aranceles.


La reacción de padres fue crear documentos compartidos por Google Forms para que todos los que no estuvieran de acuerdo pudieran expresar su disconformidad. En el medio se acordaron paritarias docentes y bonos que complejizaron el escenario. Los subvencionados, además, sufrieron topes en incrementos de cuotas fijados por el gobierno.

Para inicios de octubre, ya había un fuerte reclamo del Consejo de Educación Católica de la provincia (CEC). Manifestaban que sus colegios estaban sufriendo un proceso de desfinanciamiento.


Hasta que el peligro de cierre dejó de ser algo meramente hipotético. Pronto, el mecanismo de mails con informes de incrementos mensuales se usó para comunicar lo menos esperado por todos: la no continuidad de cara al ciclo lectivo 2024.



Algunos, como el Niño Jesús Praga, lo llamaron "integración". Los más de 400 alumnos fueron informados recién en octubre sobre el cierre. Frente al desafío de encontrar vacantes a esa altura del año la mayoría tuvo que tomar la propuesta hecha por el instituto de pasarse al Jesús en el Huerto de los Olivos, colegio que tiene una cuota más cara y una currícula educativa diferente.


Los colegios privados que no seguirán

A través de un relevamiento en el que colaboró AIEPBA, se pudieron confirmar otros colegios del GBA que informaron su cierre: Instituto Julia P. de Achával Lastra (Garín); Colegio Mancedo-Midlands College (Quilmes), que ahora enfrenta una acción de amparo hecha por los padres; Instituto Modelo del Sur (Avellaneda).



A estos se suman algunos cierres parciales de aulas o niveles, como la Nueva Escuela Spegazzini (Ezeiza) y el secundario del Colegio Ikastola (Necochea). Estos últimos dos pidieron solicitud de subvención al gobierno provincial y a la Dirección General de Cultura y Educación pero solo les informaron que estaban "en lista de espera".

En la Ciudad se agrega el colegio secundario Propuesta Actual, un instituto privado con 30 años de antigüedad ubicado en Núñez. Una fuente que pidió reservar su identidad comenta a este diario que las familias fueron notificadas el 6 de noviembre, solo un día antes de que la información circulara por los medios.


"Muy apenados por la noticia. Venían aumentando todos los meses la cuota. Ninguna familia soportaba tanto incremento. Ni los trabajadores sabían que cerraba. Ahora los padres están enloquecidos buscando vacantes", destaca. En línea con el caso de San Cristóbal, los rumores de esta comunidad también apuntan a la venta del terreno.

Pueden haber más colegios, pero es difícil el recuento porque -tal como explica la Asociación- no todos informan sobre su situación, y tampoco todos están nucleados por AIEPBA.


Los jardines de infantes que cierran

Los casos de jardines de infantes también son muchos. En GBA no seguirán: el Jardín de Infantes Nonin (San Martín); Los Patitos Juguetones (San Martín); El Gato Confite (Hurlingham); Jardín Acuarelas (Malvinas Argentinas); Jardín María Elena Walsh (Berazategui).


Carlos Vogel, representante legal y propietario del Jardín María Elena Walsh contó a Clarín que el proyecto nació en 2019 como algo familiar ya que vieron "una necesidad en esa localidad" y el jardín podía "servir de base y semillero para los niños que pasan al primario". Compraron el terreno y comenzaron a edificar junto a su esposa, Laura Ribeiro, la directora de la institución.


El matrimonio abrió el jardín finalmente en 2021, pero los gastos y la crisis económica hicieron que ambos previeran en 2022 la necesidad de adelantarse a solicitar un aporte estatal. Nunca tuvieron respuesta. Por lo cual, en agosto de 2023 informaron sobre el cierre para que las familias pudieran empezar a buscar vacantes 2024 en otros institutos.



“Nosotros pedimos el aporte estatal que está en la Ley de Educación Provincial. No nos dieron ni bolilla. Fuimos a la Municipalidad para ver si podíamos hablar con el Secretario de Cultura, me atendió el teléfono porque lo conseguí y después no me atendió nunca más", cuenta Vogel.


Y agrega: "Teníamos una cuota de casi 5 mil pesos y recién ahora estamos cobrando 14 mil, es imposible. Deberíamos cobrar al menos 40 mil para mantenerlo al nivel del inicio. Pero los padres no pueden responder a eso, es muy difícil. No se lo podemos trasladar. Algunos tienen hasta tres o cuatro nenes”.


Vogel añade que en esa zona de Berazategui hay mucha demanda de centros educativos y que el jardín municipal no tiene cupos para recibir a todos. En María Elena Walsh hay un promedio de 133 alumnos y todos desean que el jardín continúe abierto. Pero la realidad es otra.


En la Ciudad de Buenos Aires, los jardines de infantes que se suman a esta situación -al menos, los que se conocen- son: La Foca Revoltosa (Floresta); Escuela Infantil Cosas de Chicos (Caballito); Coghlan School (Coghlan); El Centavo (Recoleta).

Este último es bilingüe e informó la no continuidad tras 52 años porque a los directivos se les hacía imposible pagar el alquiler del edificio y no podían seguir transfiriendo los aumentos de precios a las familias.


Hay jardines de infantes privados en la Ciudad, nucleados por la Cámara de Institutos de Nivel Inicial, que denuncian cómo el escenario económico empieza a afectar de forma directa a todos estos institutos privados que "no pueden competir contra los subvencionados".


En una carta abierta que circula desde el 27 de noviembre, se aclara que los motivos principales son económicos y ligados a alquileres, inflación, costos laborales y falta de poder adquisitivo. En diez días de noviembre, contabilizaron el cierre de siete jardines en la Capital, y apuntaron a que en los últimos tres años se cerraron 50.


Los precios de alquileres, según remarca la CENICABA en diálogo con Clarín, van desde 500 mil pesos hasta 3 millones en algunos casos, con contratos a renovar y ajustar por inflación. Enfatizan en que otros se ofrecen en dólares. Esto más, los cambios de normativas de organismos de control y las paritarias contribuyen a una "situación de debacle".


SC


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